13 de noviembre de 2011

El que rie último, rie mejor.

La verdad hoy me siento una ganadora. Les cerré el culo a todos. No encuentro mejor expresión y como diría Fontanarrosa en el Congreso de la Lengua hay palabras que tienen cierta fuerza para expresar lo que uno siente. No es lo mismo te cerré la boca que te cerré el culo. No, definitivamente no. Les paso a contar...
Hubo un cambio importante en mi vida hace algún tiempo. Yo era una chica común con bastante problemas y cortando el cordón. Vivía de joda, escapando de la realidad pero no por eso menos atenta. Buscaba respuestas en libros, en mandalas, en salidas, en charlas, en Freud, en Eric From, en letras de canciones, en la filosofía (de la barata y la posta). Era algo así como una hippie que soñaba con un mundo mejor, para mí. Mis redes sociales expresaban mucho de esto. Hasta que un día, un señor me terminó de dar todas esas respuestas que yo tanto estaba buscando. Dejé de planificar para empezar a concretar. Dejé de filosofar para empezar a hacer. Empecé a aplicar todas esas teorías, hipótesis, ideas, catarsis, charlas de noches enteras que tuve durante años. Me lanzé a la pileta con agua y encontré la paz q tanto buscaba.Empecé a decidir por mí misma y dejé de dar explicaciones, porque ya sabía lo que quería y no necesitaba explicárselo a nadie. Pensé que las personas, algunas de ellas pilares en mi vida, iban a entender este cambio. Más no como diría mi jefa. Me encontré con un sin fín de reclamos y críticas de las personas menos esperadas. "Cambiaste la filosofía por cocinar bizcochuelos," fueron una de las tantas cosas que me dijeron. Que no pensaste bien, que no te puedo acompañar en esta locura (cómo me habían acompañado en todas las otras entonces? o me acompañaban xq a ellos les gustaba nada más?) Dejaste de ser una persona pensante para convertirte en una ama de casa, no tenés proyectos propios. Y yo los escuché, lloré, pensé, me cuestioné. Hasta que una voz muy sabia me dijo: "Hay gente que vas a tener que dejar en el camino cuando quieras progesar. Vos seguí subiendo peldaños, el que se quiera quedar atrás, una pena." Y así fue. Yo no estaba dejando nada de lo que era, estaba aplicando todo lo que había aprendido, me había cansado de estar dando vueltas sobre lo mismo, quería acción. Quería que entendieran que el paso no era encerrarme a tejer como Penélope, era empezar a hacer todas las idioteces que nunca había hecho, quería experimentar esa paz que tanto había buscado y no tenía que ver con hacer un bizcochuelo, sino con aplicar a la realidad todas mis teorías. Aprender a compartir con otros. Y experimenté. Tan mal no me salió. Me casé, soy exitosa en mi trabajo, viajo, proyecto, tengo nuevos amigos, y fortalecí relaciones. Hoy esas personas que se quejaron de mi cambio publican los bizcochuelos que hacen o brownies por las redes sociales, los que me echaban la culpa hoy reconocen que no tengo la culpa de nada.Ya no me sirve que me pidan disculpas, esos opinólogos terminaron dándome la razón aunque no les guste.

Les cerré el culo, mierda carajo!